Por: Nevis Camargo
Uno de los
fenómenos sociales que ahora mismo Colombia
vive y se sufre, es el tema de la marihuana; un tema del cual podemos
hablar a partir de diferentes puntos de vista y factores que indican en qué
afecta a la población.
TODO EL PAÍS SE VE AFECTADO
Muchos son los
casos en todo el país que podrían servirnos de ejemplo; hablemos de Santa
Marta, es la capital del departamento del Magdalena, esta ciudad es atractiva
por su turismo, pero también porque el comercio de marihuana es bastante
grande. Comprar cualquier cantidad no es problema acá, por lo cual la hace un
destino apetecido en su mayoría por extranjeros.
POLICÍA METROPOLITANA
Según la policía metropolitana,
en lo que va corrido del año se han decomisado más de 500gk de diferentes
presentaciones de tal sustancia, uno de los momentos en que más se decomisa, es
cuando se realizan operativos allanado las casas que sirven como principales
proveedores de esta droga, en el barrio San Jorge y sus alrededores, se han
registrado más de 80 casas que venden marihuana y otras sustancias.
OTRO PUNTO DE VISTA
Desde la perspectiva
psicológica, y según nos lo explica la estudiante de psicología, Jeisy Barrios,
el problema de la venta de droga va más allá de lo que se puede ver a simple
vista; “Pongamos un ejemplo a largo
plazo, la juventud que está creciendo ahora mismo, más adelante será quien
venda la droga, es decir, el niño que pedía y robaba para comprar, será quien
venda el producto y se convertirá en un consumidor más activo, su problema
también será las diferentes reacciones que estas drogas le causen, un día
puedes estar bien pero al otro estar en una clínica por alguna pelea callejera”.
También nos afirma
que cuando las drogas se apoderan de una comunidad en conjunto, las zonas a su
alrededor puede que avancen, pero la afectada siempre estará sumergida en un
problema de índole social, económico y sobre todo cultural, pues ellos no se
preocupan por llevar un mejor estilo de vida, por avanzar y tener más ingresos,
tener la oportunidad de formar una familia y educarla con responsabilidad y
respeto.
Así que los problemas
que se deriven de la marihuana, en este caso, como afecta tanto a la comunidad
que la rodea, el barrio San Jorge ha sido el blanco de muchos operativos de la
policía y la sijín, pero hasta el día de hoy no se ha notado el cambio, pues la
seguridad es un factor que indica que no se ha recuperado esta zona.
Los venezolanos se
han apoderado de gran parte de la zona, lo que ha aumentado el comercio de
drogas, pues como no encuentran trabajo se dedican a ejercer este ilegal.
Pero también hay
muchas personas que se preocupan por la situación que afecta a muchos de ellos,
pues se presentan enfrentamientos con la policía y a veces intervenciones con
el equipo de la ESMAD (escuadrón móvil anti-motines), también los disparos y el
sicariato se presencian en la zona.
UN VALIENTE CUENTA SU HISTORIA
Carlos (se cambió el nombre para proteger y brindarle privacidad fuente) tiene 23
años y es residente del barrio San Jorge,
desde los 12 años fuma marihuana y bebe alcohol, su papa es carpintero y
su mama ama de casa, vive con su papa y su hermana, en su familia también hay
otros consumidores de marihuana, fue por ellos mismos que empezó a consumir.
No terminó el
colegio y actualmente no trabaja, fuma diariamente y cuenta que puede llegar a
fumarse más de 6 porros en un día.
Sin importar la
hora, el lugar, si hay comida o no; todos los días tiene su porro. Asegura que desde
que empezó a fumar marihuana, no hay un día que no lo haga, pues todos los días
desde hace ya 11 años consume a diario.
LA ANTROPOLOGÍA OPINA
En todos estos
casos, la droga es considerada no sólo como un elemento capaz de trastornar la
percepción “normal” del mundo, sino también como un vehículo que lleva a
voluntad al shaman a un “más allá” donde moran los seres sobrenaturales. Es una
interpretación propia de numerosas sociedades que afirman de igual modo que el
mundo sobrenatural puede ser alcanzado por cualquier alma humana durante el
sueño o por el alma de un enfermo pero de manera casual. Finalmente, gracias a
la droga, el shaman puede ubicar el alma errante de su paciente y lograr su
curación. Se trata entonces de un concepto de gran coherencia intelectual,
vinculando por analogía el sueño a la enfermedad y a las impresiones
psico-fisiológicas de viaje y de desdoblamiento producidas por la sustancia
alucinógena.